El señor Joan Laporta ha vuelto a las andadas, la elección de Cruyff y la publicación de su primer libro han originado una nueva polémica alrededor del presidente del Fútbol Club Barcelona. Probablemente Laporta será cabeza de cartel en las próximas elecciones a la presidencia de Cataluña. Eso sí, lo hará con una larga lista de antecedentes y polémicas a su espalda.
Quedan lejos ya sus actos pasados, pero Jan ha vuelto para cargar duramente contra todos sus enemigos (Rosell, Soriano, el país en sí...). ¿Recuerdan el maravilloso día en que no se le ocurrió nada mejor que bajarse los pantalones en el aeropuerto? ¿O el famoso momento en que pronunció "al loro!"? ¿Y que me dicen de su enfrentamiento verbal con un aficionado o su ridículo en el palco de Old Trafford? Durante este exitoso mandato (futbolísticamente innegable), Laporta ha querido realzar su figura de pastor del pueblo, de Mesías. Ese hombre fiel a sus principios que nunca decae, que no abandona ante nada, que resiste hasta una moción de censura.
Pero esta vez ha colmado el vaso. La elección de Johan Cruyff como presidente de honor ha sido tan absurdo como irresponsable.
-¿Por qué ahora?-se pregunta el socio.
La respuesta es muy sencilla, las próximas elecciones están al caer y el amigo Jan sabe una cosa. Sandro Rosell es el gran favorito, y como también sabe que él y el holandés no se llevan nada bien ha decidido nombrarlo presidente de honor para que así si Rosell gana las elecciones tenga que trabajar codo con codo con Johan. Y es que además, es un cargo que el nuevo presidente no podrá arrebatarle. Que mala persona demuestra ser este hombre con acciones como esta, y todo esto a pocos meses de empezar la campaña electoral. Señores, la batalla está servida.
-Salas-