El lunes la UEFA hizo pública su decisión del "Caso Busquets" y el caso es que quedó impune, ningún castigo para el joven centrocampista de Badía por sus supuestos insultos racistas a Marcelo. Algo que por un lado no sorprende, y es que la UEFA no rearbitra partidos, pero que a su vez deja en evidencia a esta institución por el hecho que año tras año se han ido echando flores por abogar siempre en favor del fair play, del respeto y de la honestidad en el juego.
Personalmente pienso que era totalmente absurdo sancionar a Sergio Busquets por la simple razón que en el terreno de juego existe un grado de tensión que nadie se puede llegar a imaginar y por ello los jugadores llegan a decirse cosas que, probablemente, en frío ni pensarían. Si se aplicara dicho criterio se debería sancionar a todo jugador que faltara el respeto a algún rival a lo largo de los 90 minutos, y es probable que los equipos terminaran siempre con tres o cuatros futbolistas menos. Eso dando por hecho que Busquets insultara al lateral del Madrid y es que tampoco debemos dar por definitiva la opinión de un experto en lectura de labios ya que, entonces, es probable que el club azulgrana saliera en defensa de su jugador con otro lector que afirmara lo contrario. No existe discusión alguna, lo vio el árbitro? Lo vio alguno de los asistentes? Pues entonces no se le puede sancionar, dijera mono o dijera mucho morro.
En resumen, la UEFA queda de nuevo en entredicho porqué, para empezar, si defienden tanto el fair play y el respeto que comiencen por cerrar todos los campos en que se propinen cánticos racistas.
IGNASI SALAFRANCA SORT
ignasisalafrancasort@hotmail.com
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