Tras la injusta derrota de Armenia ante la República de Irlanda el pasado martes, arbitraje pésimo de Iturralde incluído, me gustaría hablar hoy de otro resultado injusto. El 1-1 entre Francia y Bosnia. Un partido entre los dos primeros clasificados del grupo y en el que se disputaban el primer puesto de dicha liguilla. Puntuar le bastaba al equipo de Blanc para lograrlo, los visitantes, en cambio, se veían obligados a sumar los tres puntos para asaltar así el liderato. El encuentro terminó con empate tras el golazo de Dzeko para los bosnios y el posterior empate de Nasri desde los once metros, penalti previo inexistente y fuera del área.
Bosnia mandó, como ya nos tiene acostumbrados y frecuentó el área rival durante gran parte del partido. Jugó su fútbol, directo y vertical, con muchos centros al área y certeros tiros desde la larga distancia. fue la Bosnia de siempre, la Bosnia que veremos en la repesca ante Portugal, la Bosnia de ataque, de espectáculo, ese equipo goleador y valiente que hemos visto a lo largo de esta fase de clasificación. Un equipo que refleja el trabajo de buenos jugadores como el capitán Spahic (Sevilla), que representa el referente, el padre, el mentor. Con jugadores de mucha calidad, toque y llegada como Pjanic (Roma), Misimovic (Dynamo Moscú), Lulic (Lazio) y Medunjanin (Maccabi), quienes elaboran la totalidad de las jugadas de ataque y que, en muchas ocasiones, ellos mismos finalizan. Y finalmente tres delanteros con mucho gol, tres nueves puros como Misimovic (sin equipo), Ibisevic (Hoffenheim) y Dzeko (City).
Pero si hay algo que realmente caracteriza el combinado de Susic es el espíritu, la unión, la entrega y la ambición con la que afrontan cada partido. Son realmente un equipo, un bloque en que todos los componentes son importantes. Le darán mucha guerra a la Portugal de Paulo Bento, sin duda.
IGNASI SALAFRANCA SORT
ignasisalafrancasort@hotmail.com
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