Noche de Reyes, noche de Copa

Lo visto estos últimos dos días en los campos españoles fue lo más parecido a una versión de la Premiership. Juego directo, oportunidades, goles y lo más importante, espectáculo y diversión. Sin lugar a dudas, los aficionados del fútbol disfrutaron de grandes partidos en esta jornada de Copa del Rey.

El primero en acceder a cuartos de final fue el Sevilla de Gregorio Manzano tras superar por 0-3 al Euro-Málaga o mejor dicho Petro-Málaga. Después de una primera parte con muy poco fútbol y con más acercamientos por parte del equipo de Pellegrini la segunda dio un giro de 360º y fue el Sevilla quien pasó a mandar en el partido, dejando tras de sí el gol de Perotti y los auténticos golazos de Romaric y de Luis Fabiano.

Ese mismo miércoles se jugó un partido a priori poco atractivo, el Deportivo-Córdoba, pero que al final resultó ser un partido agónico con prórroga y milagro gallego incluido. Tras un 0-0 que duró prácticamente los 90 minutos de partido el equipo verdiblanco consiguió anotar el 0-1 y obrar lo impensable, clasificarse para cuartos de final. Acto seguido y de penalti, Adrián conseguiría empatar el encuentro y mandar el partido a la prórroga. Donde el equipo de Lotina, con dos goles más de Adrián conseguiría culminar la remontada y eliminar al Córdoba.

El último partido de dicho día fue el esperado Athletic-Barça que recordaba la última final de Copa disputada en Mestalla y en que ganaría el equipo culé por 4-1. San Mamés fue una olla a presión y no cesó de animar a su equipo al ver que el global de la eliminatoria era de 0-0 y que superar al equipo de Guardiola era posible. No obstante, avanzada ya la segunda parte apareció un jugador que no había marcado nunca con el Barcelona, tras una muy buena dejada de Messi, Eric Abidal armó su zurda y superó por bajo a Gorka poniendo el 0-1 en el luminoso. Pero fue entonces cuando el Bilbao empezó a acechar la portería de Pinto y ya hacia el final de partido Llorente consiguió empatar y dar vida a unos leones que nunca dejaron de luchar pero que al final se rindieron ante, como diría Caparrós, el mejor equipo del mundo y puede que de la historia.

Saludos,

IGNASI SALAFRANCA SORT