miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cuestionado injustamente



Mestalla es uno de los campos más complicados de primera, y no sólo para el equipo visitante sino también para el local. Por todos es sabido que los seguidores del Valencia son muy exigentes, capaces de despedir entre silbidos a su equipo por mucho que éste haya sumado los tres puntos y a su vez ovacionar el trabajo de la plantilla cuando los partidos están cuesta arriba. Éstos parecen no entender que el club no tiene dinero, que está en deuda y que necesita vender. Es por ello que año tras año alguna de las estrellas se marcha, a precio de oro, a un gran club. Silva, Villa, Mata o Albiol son las últimas ventas más llamativas del club valenciano, todas ellas han llevado consigo las quejas y los insultos por parte de parte de la afición que, reitero, parece no entender que el Valencia es un club vendedor. No obstante, el conjunto ché viene de ser tercero en liga. De ganar la "otra" liga. ¿Cómo se explica dicha proeza?

Primero deberíamos destacar la impecable gestión del presidente Manuel Llorente. Que ha conseguido vender los cracks del Valencia a precios desorbitados y a su vez fichar jugadores jóvenes, con futuro, y a precios muy bajos. Hablo de Soldado, de Aduriz, de Jonás, de Piatti, de Canales, de Costa... entre otros. Segundo, me es imposible obviar el espectacular trabajo, muchas veces no valorado, del técnico Unai Emery. El técnico guipuzcoano está logrando una hazaña increíble. Mantener al equipo, año tras año, en los primeros puestos que dan acceso directo a la Champions. Pero los hay que no piensan como yo, son muchos los que se sueñan cada noche con ver a Emery fuera del club. No me parece justo. Es un ejemplo de entrenador, amigo de todos, muy educado, un trabajador, una persona implicadísima, que trata de ganar siempre con respeto y buen juego. Vive cuestionado, desde la más profunda injusticia, pero él hace como si nada. Sigue trabajando. Chapeau.


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